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Academia por la libertad 2019
LA CAÍDA DEL DISCURSO DE ODIO BOLIVIANO

LA CAÍDA DEL DISCURSO DE ODIO BOLIVIANO

Fabiola Zambrana

 

El discurso del odio ha existido en todas las épocas, desde la más remota hasta la actualidad, busca justificar miedos y defender fantasías absurdas, sin contemplar las leyes humanas o al resto de la sociedad. El odio es la cobardía de no asumir los fantasmas propios. Bien lo explica Glucksmann, en su libro El discurso del odio.

 

En política, el modelo autoritario y populista, en algunos casos, ideológicamente socialista y comunista, apuestan por el discurso de odio. Los bolivianos hemos sido durante casi catorce años víctimas del mismo, desde la llegada de Evo Morales al poder, estableció enemigos, a nivel internacional el imperialismo, y en lo interno creó antagonismos, entre lo indígena y lo no indígena, los de ciudad y los campesinos, los cocaleros y no cocaleros, los collas y los cambas. Además, creó instituciones paralelas a las legítimas, buscando a lo gran Julio César, dividir para reinar.

 

No me voy a permitir citar ninguno de los miles de discurso de Evo Morales, Álvaro García y demás autoridades circunstanciales en el denominado “Proceso de Cambio” porque son discursos destructores que provocaron un retroceso de siglos en nuestro país, dividiendo racialmente y geográficamente a Bolivia. Discursos que incitaban a la discriminación y violencia en contra de una o mas personas de acuerdo a su pertenencia a un grupo o sector.

 

Pero algunos dirán que Evo Morales utilizaba el discurso del odio en defensa de los más desfavorecidos como los indígenas o campesinos, Glucksmann, responde a esto con lo siguiente: “los humillados, marginados y explotados, siempre han existido, mas no por ello toman el odio como bandera, como un mecanismo desencadenado para crear devastación y muerte, en el cual las leyes humanas se disuelven”. Es decir, no es necesario utilizar la violencia, matar o matarse para exigir derechos y reivindicaciones.

 

Es importante que sepa el mundo, que los bolivianos tuvimos que unirnos, despojándonos de cualquier complejo o sentimiento negativo para vencer justamente al líder del discurso de odio, el discurso dejó de funcionar, los bolivianos reconocimos la mentira que contenía, y logramos crear la resistencia al odio que nos tenía sometidos a un autoritarismo por casi catorce años.

Evo renunció, pero no renunció a su discurso de odio, desde su asilo político sigue incitando, promoviendo y justificando el odio, a base de mentiras y videos falsos. ¿Cómo combatimos el discurso de odio? ¿Cómo estamos seguros que no vendrá otro Evo Morales con el mismo discurso? El debate y consenso es fundamental para combatir el discurso de odio; la unidad que se logró, no tiene que ser una unidad impuesta, que no permite crítica, ni oponentes; los discursos extremos y radicales, no deben ser alabados o glorificados, porque de por sí, destilan intolerancia; el pluralismo político debe ser respetado, al igual que la institucionalidad de los partidos políticos, quienes tienen la gran tarea de presentar ideas y propuestas, sin reducirse a caudillos. También, es importante crear modelos económicos y sociales que garanticen igualdad de oportunidades, priorizando el desarrollo humano. La humanidad vence a la inhumanidad.

 

*La opinión del autor es personal y no constituye una posición oficial de la Fundación Nueva Democracia.

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