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Academia por la libertad 2018
Sobre el feminismo, sobre las ideologías en sí

Sobre el feminismo, sobre las ideologías en sí

Por: Camilo Quiroga

 

El feminismo es un conjunto de teorías sociales y de prácticas políticas (Freie Universität, 2018) que buscan la igualdad de derechos entre ambos géneros, esta es una muy breve definición que quizás no termine de convencer a quienes han estudiado a profundidad esta ideología.
Y es que justamente, uno de los grandes desafíos que ahora enfrenta esta corriente es esa complejidad que la caracteriza. Esto no es un aspecto exclusivo del feminismo, pero probablemente sí es uno de los casos más evidentes de como posturas extremas, tanto en contra como a favor, pueden aprovechar de esas confusiones epistemológicas para desvirtuar totalmente algunos pensamientos.

El feminismo es una ideología que ha crecido enormemente con el pasar del tiempo. Cada vez más personas comparten lo que plantea esta visión y reproducen sus ideas. Pero la ampliación y desarrollo de este pensamiento también ha supuesto la generación de vertientes extremas, desde adentro y afuera de este, las cuales han vuelto más difusos los fines de esta corriente ideológica. Esa maleabilidad que tiene todo pensamiento ha dado lugar a confusas visiones respecto a lo que actualmente es el feminismo. Sin duda, una sola definición es insuficiente para capturar toda la complejidad de nociones fundamentales que usualmente guarda una ideología. Es por eso mismo que estas estructuras ideológicas tiendan a complejizarse, pues son susceptibles a los agregados que cada quien pueda darle en base a sus percepciones.

Toda ideología siempre está en un eterno proceso de construcción y el tratar de imponer una sola visión respecto a un pensamiento seria totalitario, además de imposible. Pero a la vez, una ideología debe evitar caer en un campo de total liquidez e incertidumbre, en parte, mostrando lo que esencialmente la diferencia de otros pensamientos. Este debe ser uno de los primeros pasos que el feminismo debe asumir con mayor fuerza, a manera de superar los obstáculos que ahora enfrenta. El Feminismo necesita emprender más discusiones que muestren lo que esta corriente particularmente no es.

El feminismo no es un corriente que promueva un antagonismo entre géneros, tampoco una visión que desconfía de la capacidad de las mujeres para abrirse un lugar en distintos campos. Mucho menos una postura regresionista, que en el afán de alcanzar su objetivo quiera generar una situación de desigualdad pero esta vez para otro el género.

Cuando el feminismo toma algunas de estas dimensiones pierde su condición y se torna en una desviación de lo que verdaderamente promueve. Esas interpretaciones erradas de feminismo están afuera de esta ideología pero lamentablemente también existen dentro de ella. Por eso el énfasis en la necesidad de discusiones que ayuden a diferenciar al feminismo de estas posturas extremas. Para lo cual, los cuestionamientos internos deben ser parte fundamental de este proceso de dilucidación.

Es clara la idea que dio origen al feminismo, el trabajar por una realidad social en la que haya una igualdad de oportunidades para ambos géneros. Este debe ser el principal factor que le dé claridad a este pensamiento.

Las ideologías son construcciones sociales maleables, difíciles de encasillar y llenas de matices, por lo cual son necesarios esos proceso de discusión constante sobre sus ideas. Sin ellos, dentro del confuso campo en el que están, estas estructuras tienden a una deformación de sus propósitos y van perdiendo el horizonte respecto a sus objetivos.

 

 

*La opinión del autor no constituye una posición oficial de la Fundación Nueva Democracia.

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