Libertad de expresión en Bolivia
Por: Lady Gisselle Gutierrez
La libertad de expresión es un principio que sostiene la libertad de un individuo o una comunidad para expresar sus opiniones e ideas sin temor a represalias, censura o sanción. Éste es un derecho fundamental y señalado en el artículo 19 de la Declaración de Derechos humanos desde 1789.
No obstante, la situación que viven actualmente muchos países es lamentable ya que la libertad de expresión se encuentra bastante limitada.
En 2018, Costa Rica, Uruguay, Surinam y Chile son los países latinoamericanos con mejores condiciones de trabajo de los periodistas. Caso contrario se da en países como Honduras, Venezuela, México y Cuba, que son las naciones que ocupan los sitiales más bajos en garantizar el trabajo de los medios de comunicación.
Existe un hostigamiento en temas sensibles para el gobierno central, como los referidos a la defensa del medio ambiente, el tema indígena, temas políticos, tráfico de influencias o cualquier otro tema que atente contra la integridad del oficialismo.
Bolivia, un país “democrático”, hoy en día ya es una contradicción que se encuentre en una posición donde se restringe la libertad de expresión e información de los medios de comunicación.
Bolivia actualmente ocupa el puesto 110 en libertad de prensa sobre un total de 180 países, según el ranking global de Reporteros Sin Fronteras.
El país descendió tres lugares respecto a la clasificación del año 2017 cuando se situaba en el 107.
La fuerte caída de Bolivia en los últimos años, se explica en los sucesos ocurridos durante el 2016, que estuvo impactado de ataques contra la prensa, desde el uso constante de la frase “Cártel de la Mentira” como una manera de afectar a la prensa, hasta la salida del país de dos periodistas, Carlos Valverde y Wilson García, que buscaron protección en Argentina y Brasil, respectivamente.
Acosar a los medios, amedrentar a los periodistas, establecer mecanismos de censura y de autocensura, lograr que los periodistas critiquen a sus colegas en lugar de investigar la corrupción y los desatinos políticos y aprobar leyes para desarticular a las empresas periodísticas y reemplazarlas por canales de difusión oficialistas son herramientas de Gobierno que conducen al mismo objetivo: eliminar el disenso.
El Gobierno está concentrado en manos de la voluntad de una sola persona (o de un matrimonio). Basta con leer el diccionario para saber que eso se llama “autocracia”, un sistema que, por definición, no reconoce límites, porque, precisamente, no acepta la libertad del otro. Por eso, en ese esquema, las alusiones que haga un gobierno en cuanto a su interés de alcanzar mayores estándares de pluralismo son, en principio, sólo una coartada para escamotear las verdaderas intenciones del poder.
Algunos ejemplos donde se atenta contra la libertad de expresión en Bolivia son:
1.-Los legisladores también son objeto de seguimiento y los opositores aseguran que no solo son ellos, sino que el Gobierno manda a seguir a sus propios dirigentes para saber si están en alguna actividad que no interesa al Ejecutivo.
2.-En todas las marchas de los distintos sectores, siempre se agarra a alguna persona que no tiene nada que ver con estas protestas y los policías se mimetizan con los mismos periodistas para evitar la sospecha de los movilizados.
3.- En al menos cuatro ocasiones, los agentes de Inteligencia fueron sorprendidos en el caso Zapata, en Miraflores; en la protesta de las personas con capacidades diferentes; y en la marcha de Achacachi.
En conclusión, vemos claramente la contradicción que existe con las declaraciones del oficialismo acerca de “libertad de expresión y sus actos.
Bolivia aún protesta desde las diferencias y las políticas que se han implementado hasta hoy hasta las faltas a la Constitución Política del Estado por lo que la “Democracia” verdadera aún sigue como una utopía para el país.
*La opinión del autor es personal y no constituye una posición oficial de la Fundación Nueva Democracia.
Modificado por última vez en Sábado, 20 Octubre 2018 16:36